quinta-feira, 10 de fevereiro de 2011

Desde Ecuador para la Semana Dorothy Stang‏

UNA SAGRADA HERENCIA A SER DEFENDIDA

Conocí de cerca y en forma vivencial la historia de la Hermana Dorothy en Belem do Pará cuando en enero del 2009 participé como delegada del SICSAL en el Foro de Teología de la Liberación y en el Foro Social Mundial, y tuve la gracia de Dios de encontrarme con hermanas y hermanos brasileros integrantes del Comité Dorothy Stang. Desde entonces el testimonio de esa mujer – cristiana - profetiza alimenta nuestras luchas y da sentido a nuestra entrega en la construcción del Reino.

Ir. Dorothy, como la llamaban y la llaman en el enorme Brasil fue una misionera norte-americana, que nada más llegar a su nueva patria, hizo la opción preferencial por los pobres en la floresta amazónica y se convirtió en poco tiempo en una brasileña más; en una pobre más; en una compañera más que asumió en sí misma no solo el dolor de la exclusión de los indígenas brasileños despojados de sus tierras, sino también el dolor de la madre tierra que gemía con dolores de parto frente a la voracidad y exterminio maquinado por el agronegocio, el gran capital.

Pero como sabemos el capital no perdona. Su opción por los indios, y su opción por la vida de la TIERRA al estilo de Proaño, de Samuel Ruiz y de Pere Casaldáliga lo pagó con su vida. Un 12 de febrero del 2005 seis balas asesinas desplomaron su cuerpo, su sangre se mezcló con la Pachamama que con sus brazos abiertos acogió su vida, se nutrió de su sagrada y redentora sangre y se fundieron en ese abrazo eterno y liberador.

Los fazendeiros y pistoleiros en el caso de la hermana Dorothy como en el caso de tantos cuerpos masacrados, desaparecidos, torturados y asesinados han querido exterminar luchadores pero jamás han podido, pue su muerte es semilla de esperanza. El asesinato de la Hermana Dorothy es herencia sagrada que tiene que ser defendida por todos quienes intentamos seguir las huellas del Evangelio Liberador y soñamos con el cielo nuevo y la tierra nueva experimentando en plenitud el SUMAK KAWSAY.

Gracias hermana Dorothy por tu entrega vital, por tu testimonio transparente y coherente por la vida de los pueblos indios y por la vida de la Pachamama. El poder y el capital seguirá segando vidas, pero los sueños siguen intactos. Hoy, a seis años de tu resurrección, en todas partes miles de voces resuenan condenando el modelo extractivista, la sobreexplotación del planeta y reclamando los derechos ancestrales de los pueblos indígenas. Tu vida, tu entrega y tu resurrección es semilla de liberación.

Quito, 5 de febrero del 2011

Nidia Arrobo Rodas (Fundación Pueblo Indio del Ecuador / SICSAL - Serviço Internacional cristão de solidariedade aos povos da América latina- Oscar Romero)

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